Mesa redonda
El proceso contra Jesús. Análisis bíblico, histórico y jurídico
Mesa redonda organizada por la Sección de Derecho
Intervienen:
Dr. D. Federico Fernández de Buján Fernández
Académico de Número de la Sección de Derecho
Dr. D. Antonio María Rouco Varela
Académico de Número de la Sección de Teología
FECHA: Miércoles, 13 de marzo de 2019, a las 18:30 h
RESUMEN
Dr. D. Federico Fernández de Buján Fernández
1.-Prefacio; 2.-Propósito; 3.- método; 4.- Autoridades judías y poder de Roma; 5. Distintos órdenes de competencia: el Sanedrín y Pilato 6.- Las distintas incriminaciones; 7.- La invariable conducta del Acusado; 8.- Tres expedientes librados por Pilato en aras de su liberación; 9.- El triunfo de la iniquidad; 10.-Postfacio.
Prefatio: En múltiples sedes científicas se discute acerca de la responsabilidad última en la condena a muerte de Cristo. Las opiniones pueden reconducirse a dos: aquellas que hacen recaer la responsabilidad en las autoridades político-religiosas judías; y las que afirman que debe imputarse a la autoridad romana, encarnada en Poncio Pilato. Conviene destacar esta dualidad de poderes políticos que se proyecta en una dualidad de ordenamientos jurídicos.
Postfatio: Cuanto discurre como consecuencia de la autorización de la ejecución de la condena, adoptada por el procurador romano, se debe a la invasión de la conveniencia política en la recta administración de la justicia:
— Es el triunfo de la insidia y la hipocresía: ¿A vuestro rey voy a crucificar? Contestaron los príncipes de los sacerdotes: No tenemos más rey que al Cesar (Jn,19, 15).
— Es la coacción de la masa frente el ejercicio timorato del gobernador corrupto: viendo que el tumulto crecía cada vez más... (Mt. 27, 24); Pilato, queriendo dar satisfacción a la muchedumbre (Mc. 15,15).
— Constituye la más inicua resolución: Pilato buscaba librarle (Jn. 19,12).
— Es la conculcación de la legalidad vigente: no hallo en Él ningún crimen (Jn. 19,4).
— Es la prevaricación por debilidad en el ejercicio de su potestad: cuando Pilato oyó estas palabras temió aún más (Jn 19, 8); y por miedo a perder el poder: si sueltas a ese no eres amigo del Cesar (Jn. 19,12). Autoriza la ejecución del Justo: tomó agua y se lavó las manos delante de la muchedumbre diciendo: Soy inocente de esta sangre... y se lo entregó para que le crucificasen (Mt. 27,24).
En suma, la victoria de la violencia sobre la ley y de la injusticia sobre el Derecho.